La luz más brillante de las dos es Venus, que está acabando su turno de "lucero de la mañana." Seguirá en el cielo matutino varios meses más, pero descendiendo poco a poco y acercándose al Sol. Dentro de unas semanas, se perderá en el resplandor solar.
Júpiter está mañana debajo de Venus, pero no por mucho tiempo. Está alejándose del Sol así que, a lo largo del invierno y la primavera, irá saliendo cada vez más temprano y manteniéndose visible más tiempo por la noche.
Júpiter puede hacerlo porque su órbita alrededor del Sol está fuera de la órbita de nuestra Tierra. Desde esa posición, Júpiter puede cruzar todo el cielo nocturno, iluminándonos incluso a medianoche.
La órbita de Venus, en cambio, está dentro de la de la Tierra. Como resultado, sólo puede alejarse un poco del Sol en nuestro cielo. Puede relucir como lucero de la mañana o de la tarde, pero no de medianoche.
Busque a Venus bastante bajo en el sureste al amanecer, y a Júpiter un poco por debajo de él. Mañana más sobre este brillante dúo.
El cielo nocturno es un modelo de orden y precisión. Las mismas estrellas ruedan por lo alto en la misma posición todos los años. La Luna pasa por las estrellas con la regularidad de un reloj. Una vez que comprendemos cómo está organizado el universo, vemos que incluso los "vagabundos" más brillantes -los planetas- siguen trayectorias predecibles.
Tomemos a Venus y Júpiter, los puntos luminosos más brillantes del cielo. Se alinean bastante bajos en el sureste al amanecer. Venus es el más brillante, y Júpiter está debajo de él.
Los movimientos de Venus, Júpiter y otros planetas confundieron a los científicos durante milenios. Estos cuerpos brillantes a veces se paran y cambian de dirección. En algunos de los modelos primitivos del cosmos, en los que la Tierra era el centro del universo, era difícil explicar esos movimientos planetarios.
Pero esos movimientos iban a ayudar a los científicos a descubrir el orden correcto. Si colocamos el Sol en el centro de nuestro sistema solar, con la Tierra y los demás planetas en órbita alrededor de él, entonces todo tiene sentido. Algunos planetas, como Venus, están más cerca del Sol que la Tierra. Y otros, como Júpiter, están más lejos.
La comprensión de esta estructura permite a los astrónomos predecir los movimientos de estos vagabundos brillantes.
Aparte de eso, Venus y Júpiter tienen más diferencias que semejanzas.
Venus es uno de los planetas del sistema solar interior, una región de planetas pequeños y rocosos. Venus tiene, aproximadamente, el mismo tamaño que la Tierra y tiene una composición similar. Además, es el planeta más caliente; una espesa atmósfera de dióxido de carbono atrapa el calor del Sol, convirtiendo su superficie en un infierno.
Júpiter reside en el sistema solar exterior, lejos del Sol. Es una gigantesca bola de gas con un diámetro unas 11 veces mayor que el de la Tierra. Su núcleo, denso y rocoso, está rodeado de capas de hidrógeno y helio. Está coronado por una atmósfera espesa, pero, hasta que se desciende bastante por ella, es mucho más fría que la de Venus. Y, mientras que Venus no tiene lunas, Júpiter tiene más de 60.
Venus y Júpiter están bastante bajos en el sureste al amanecer. Venus es el más brillante de los dos, y mañana estará un poco más alto en el cielo.
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